Creta es la isla más grande de Grecia y la quinta en superficie de todo el mar Mediterráneo. Verdaderamente es como un país con su propia identidad, forjada por su historia, sus mitos y sus tradiciones. Mil kilómetros de costa de arena blanca y playas inaccesibles contrastan con el azul intenso de su cielo y de sus aguas. Creta fue el centro de la civilización minoica (2700-1420 a.C.), considerada la más antigua de la que se tienen registros en Europa. Se conservan milenarios restos arqueológicos que testifican este pasado glorioso.
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A lo largo de los tiempos, Creta siempre ha sido una isla muy codiciada por su posición estratégica y testimonios importantes de ello son su fortaleza veneciana, sus mezquitas y sus monasterios.
En cuanto a tesoros naturales, además de sus inacabables playas, en su interior se hallan las grandes montañas blancas Levká Ori que se alzan en el centro de la isla, profundas gargantas y numerosas cuevas que llegan hasta el mar.
La capital de Creta y su centro económico y cultural es Heraklion o Iraklio. Otras localidades relevantes son Chania que es la segunda ciudad más grande, Rethymnon y el encantador pueblo tradicional Agios Nikolaos, un lugar absolutamente precioso.
En la costa sur se encuentran típicos pueblos pesqueros, como Loutro, únicamente accesibles por mar.
Creta es una isla muy tradicional, con un carácter muy peculiar fuertemente arraigado en sus habitantes, sobre todo en las aldeas rurales, pero aunque los cretenses son gente indomable y orgullosa, al mismo tiempo son personas cálidas, que ayudan a pasar unas vacaciones excepcionales en una isla con tantos atractivos e historia.
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